Pasadas las siete y media de la tarde en Barcelona sonó un gran aplauso dedicado a Albert Espinosa, barcelonés que, recién cumplidos los cincuenta, dio una lección de vida a los numerosos ingenieros que asistieron a su ponencia.
Pere Calvet decano de la Demarcación de Cataluña del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos presentó el acto seguido de las palabras de Manuel Pozo, director de relaciones institucionales de Banco Caminos y cerró el turno de presentaciones D. José Manuel Cantarero, presidente de Mutualidad Caminos.
Espinosa relató cómo superó cuatro cánceres en los más de diez años que permaneció hospitalizado siendo un niño. Esta vivencia, lejos de convertirlo en un niño con pocas ilusiones vitales, ha sido su catalizador. Ha escrito numerosos libros, series de televisión, conferencias, obras de teatro y un sinfín de otras actividades ligadas al arte y a la comunicación.
El auditorio de Barcelona estuvo sobrecogido en algunos momentos como cuando compartió que “de veintitrés niños que estábamos en el hospital, solo estoy vivo yo”. No obstante, la charla no fue nada pesimista, sino todo lo contrario. El ingeniero catalán apuntó que toda pérdida en la vida, si se mira con buenos ojos, es una ganancia. Es un firme defensor de que crear y creer son dos palabras que deben ir unidas y son fáciles de recordar porque sólo hay que cambiar una letra. También insistió en la necesidad de tener siempre, pase lo que pase, buen humor.
El barcelonés relató que la Escuela de Ingeniería, Industrial en su caso, le ayudó a encontrar soluciones a los problemas, a pesar de que, reconoce, “la carrera es muy dura, sobre todo en primero”, aunque, en su caso en la Escuela aprendió a amar el arte y el teatro, que a la postre han sido la esencia de su carrera profesional.
No quiso terminar sus palabras sin animar a los asistentes, presenciales y online que superaron los doscientos asistentes, que “hay que creer en los sueños, yo soy un ejemplo de eso porque llegué a tener solo un 3% de probabilidades de vivir” y que no debemos dejarnos llevar por los miedos porque, asegura “son solo dudas no resueltas”, animando a los ingenieros a ser muy curiosos, a hacerse preguntas para resolver esas dudas, para espantar esos miedos.
El acto finalizó con un sabio consejo que le dieron “en la vida puedes elegir entre tener razón o tener tranquilidad” y el barcelonés concluyó diciendo “yo prefiero tener tranquilidad, porque la razón ya la tengo” aseguró en un tono muy sarcástico. Albert acabó insistiendo a los ingenieros en no olvidar nunca la importancia de no perder el sentido del humor pase lo que pase. Los aplausos sonaron en la sala y en los centenares de compañeros que siguieron la sesión en remoto.
El ciclo “Cómo mejorar el control de tus emociones; más allá de los números” que en su segunda edición con esta conferencia toca a su fin, ha sorprendido con ponentes de la talla de Juan Carlos Unzué, Victor Küppers o nuestra compañera Almudena Quereda.
Una nueva edición en la que se ha superado con creces el millar de asistentes con una satisfacción general de los ingenieros que están ya esperando las novedades del próximo año. Desde Mutualidad Caminos ya estamos trabajando en ellas.