Hoy, 15 de noviembre, conmemoramos un hito histórico que cambió el curso del comercio marítimo y conectó dos grandes mares, el Mediterráneo y el Rojo, hace ya 154 años. El Canal de Suez, una proeza de la ingeniería, se abrió al mundo en este día en 1869, marcando el inicio de una nueva era en el transporte marítimo.
La idea de un canal que enlazara el Mediterráneo y el Rojo tiene raíces antiguas que se remontan a casi 4.000 años atrás. Diversos relatos de la Antigüedad mencionan intentos tempranos de crear esta vía de comunicación, pero fue en la era industrial cuando finalmente se logró con la creación del Canal de Suez. Durante siglos, varios gobernantes y líderes intentaron abrir este paso, pero el clima y los cambios geográficos del delta del Nilo hicieron que el proyecto resultara costoso y poco factible.
Napoleón Bonaparte, durante su expedición a Egipto, encontró las ruinas del antiguo canal, pero su sueño de revivirlo nunca se materializó. Fue el diplomático francés Ferdinand de Lesseps quien finalmente obtuvo el permiso para construir un canal en el istmo de Suez en 1854. Los trabajos, que duraron una década, culminaron con la inauguración del Canal de Suez el 15 de noviembre de 1869. Dos días después, las primeras embarcaciones lo atravesaron, iniciando una nueva era en el comercio marítimo global. El Canal de Suez se convirtió en un corredor vital para el comercio internacional, facilitando el transporte de productos coloniales y, posteriormente, del petróleo de Arabia.
A lo largo de su historia, el canal ha sido motivo de conflictos y tensiones geopolíticas. En 1956, el presidente Gamal Abdel Nasser nacionalizó el canal en respuesta a la negativa británica de financiar la Gran Presa de Asuán, lo que provocó una crisis internacional. Además, episodios recientes como el encallamiento del buque Ever Given en marzo de 2021 resaltaron la vulnerabilidad de esta ruta vital y su impacto en la economía global.
No sólo en el ámbito político y económico ha dejado su huella el Canal de Suez. Su apertura también tuvo un profundo impacto en la biodiversidad marina, dando lugar a la llamada “migración lessepsiana”. Cientos de especies animales y vegetales se desplazaron del Mar Rojo al Mediterráneo, generando un importante fenómeno de fauna invasora.
En resumen, el Canal de Suez, con sus más de 150 años de existencia, sigue siendo un testigo silente de la evolución del comercio marítimo y la interconexión global. Su legado, aunque controvertido en algunos aspectos, es innegable, y su importancia perdurará en el tiempo, recordándonos que la ingeniería puede cambiar el mundo.