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España es un país montañoso, lo que ha impulsado el desarrollo numerosos túneles viales a lo largo de los años. La Dirección General de Carreteras (DGC) gestiona aproximadamente 310 túneles en España, aunque, por supuesto, hay muchos más bajo la responsabilidad de otras administraciones. Estos pasos subterráneos no solo facilitan la movilidad y conectan regiones, sino que también representan impresionantes logros técnicos y de ingeniería. 

Aunque a veces hablemos de los túneles centrándonos sólo en su importancia como infraestructura, no hay que dejar de mencionar su importancia social. Un túnel, sirve para acercar dos comarcas vecinas acortando tiempos de viaje, facilita el transporte de mercancías, crea itinerarios alternativos seguros, etc. 

Por poner ejemplos representativos, en este caso vamos a hablar de los túneles más largos que gestiona la DGC:  

Túneles de Somport 

Ubicado en los Pirineos, el Túnel de Somport tiene una longitud de 8,6 kilómetros y es una conexión clave entre España y Francia, atravesando la frontera a través de la N-330. Es un túnel transfronterizo que facilita el paso entre los dos países, es una alternativa segura a los pasos de montaña que frecuentemente se ven afectados por el clima invernal. Si en vez del túnel usamos el puerto, accederíamos a Francia por la estación de Candanchú, única opción posible hasta el año 2003. 

Es una infraestructura de vital importancia para ambos países y, de forma particular para la comarca oscense de Canfrac. 

Túnel de Vielha 

El Túnel de Vielha, con 5,2 kilómetros de longitud, conecta las comarcas de Alta Ribagorza y Valle de Arán a través del Pirineo catalán y es parte principal de la N-230. Su construcción en 1948 fue crucial para acabar con el aislamiento del Valle, al que sólo se podía acceder desde el complicado puerto de la Bonaigua por el oeste y desde Francia por el noroeste.  

Para el conjunto de España no sólo abrió la puerta a esta comarca situada en uno de los extremos del país, sino que se convirtió en puerta de acceso a Francia y a la conocida estación de Baqueira-Beret. 

En 2007 se construyó un segundo tubo que constituye el túnel actual, dejando el tubo de 1948 para emeregencias y situaciones excepcionales.   

Túnel del Negrón 

La principal conexión entre Asturias y la Meseta hasta bien entrado el último cuarto del siglo XX, era el puerto de Pajares a través de la N-630. Unos años antes, a mediados de los sesenta, se comienzan a realizar esturios serios para buscar una alternativa y en 1976 se inicia la construcción de la que es hoy la Autopista del Huerna (AP-66/Ruta de la Plata). 

La parte más alta de la carretera que supone el cruce de la Cornisa Cantábrica en el límite entre León y Asturias se hace a través del túnel del Negrón cuyo primer tubo se terminó en 1983 y el segundo en 1997, con lo que quedó concluida la autopista. Cada uno tiene una longitud de 4,1 km. 

Aunque estamos hablando de túneles, no podemos olvidar que muy cerca del Negrón, en la parte leonesa, se sitúa otro hito de la ingeniería, el puente Fernández Casado de Javier Manterola. 

Túnel del Guadarrama 

Esta infraesctructura no es sólo importante a nivel social, sino también a nivel legislativo pues, supuso la publicación del Decreto-ley 12/1967 sobre la autopista de peaje Villalba-Villacastín, que fue base para la Ley 8/1972 de construcción, conservación y explotación de autopistas en régimen de concesión, aún en vigor.  

El sistema de túneles de Guadarrama conecta la Meseta Norte con la Sur mediante 3 tubos terminados en de construir en 1963, 1972 y 2007, con una longitud de 2,9 km.; 3,3 km. y 3,1 km. respectivamente. Hoy se utiliza un tubo por sentido, dejando el tercero en reserva para situaciones de necesidad. 

Túnel del Caldearenas 

Es uno de los conocidos como “Túneles de Monrepós” que han sido clave para transformar la N-330 en la autovía A-23 entre Huesca capital y Sabiñánigo. Caldearenas es uno de los dos tubos que se encuentra justo en el Alto de Monrepós y, con sus 2,9 km. de longitud, es el túnel carretero más largo de cuántos se encuentra de forma íntegra en en Aragón. 

Los túneles son una parte esencial de la red vial española, no solo porque permiten acortar distancias y conectar regiones aisladas, sino también porque su diseño está pensado para garantizar la seguridad vial en condiciones climáticas difíciles. Además, son una muestra del desarrollo tecnológico y la capacidad ingenieril de España en cuanto a infraestructuras. 

Los ingenieros somos fundamentales para la planificación, construcción y mantenimiento de estas infraestructuras básicas y, como tal, las hemos de reivindicar.