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Un seguro de vida va siempre asociado a un cuestionario de salud. Es lógico si tenemos en cuenta que la razón de ser de cualquier seguro es cubrir un riesgo. El formulario es sencillo; lo importante es que toda la información reflejada sea veraz.

Aunque la vida sea caprichosa, sabemos que, de entrada, tiene más riesgos de enfermar y morir una persona que fuma, bebe, no hace deporte y no cuida su alimentación, que otra que cuida su salud.

Cualquier aseguradora establecerá el precio de las primas en función de la salud o las dolencias que tenga el asegurado en el momento de suscribir la póliza. También de esa manera pueden ofrecerte un producto que se ajuste verdaderamente a tus circunstancia y necesidades.

Aunque el asegurado sea joven y tenga plena salud, siempre tendrá que hacerlo constar en el formulario pertinente.

Pero tranquilo. No es nada complicado rellenar ese formulario. Las cuestiones están relacionadas con:

– Hábitos de salud: consumo de tabaco o alcohol, deportes que se practican, tipo de alimentación…Por ejemplo, se pregunta si se practican deportes de riesgo.

– Enfermedades o dolencias que se tienen en el momento de contratar el seguro.

– Enfermedades importantes y operaciones vividas en el pasado.

– Historial de antecedentes familiares: es importante para la aseguradora saber, por ejemplo, si ha habido cáncer en familiares de primer grado.

Si el capital a asegurar es bajo, puede que el cuestionario tenga sólo media docena de preguntas generales. Cuando el capital supera determinadas cantidades, el formulario es más extenso y puede que la aseguradora exija un chequeo médico.

Es importante que tu seguro se adapte a tu realidad y la de los tuyos, por lo que tendrás que ser totalmente honesto al rellenar el cuestionario y no mentir ni ocultar. Si se descubre un engaño o la ocultación de una dolencia o práctica de riesgo, el contrato quedará invalidado. También debes tener en cuenta que, según la ley, dejar en blanco una pregunta no significa que la respuesta sea negativa.

También te recomendamos prestar atención a las exclusiones. Por ejemplo, algunos seguros no pagan si el asegurado ha sufrido un accidente practicando un deporte de riesgo que no había declarado.

Hay que tener en cuenta que los seguros de vida cubren el fallecimiento, pero en muchos casos también cubren a la persona en caso de sufrir una invalidez que le inhabilite para su profesión habitual o para cualquier actividad profesional. Así que es fundamental saber si la persona tiene alguna enfermedad o ejerce una práctica que pueda derivar con el tiempo en una incapacidad.

Si estás pensando en contratar un seguro de vida para ti y los tuyos, infórmate en Mutualidad Caminos de los diferentes seguros de vida que te ofrecemos para ajustarnos mejor a tus circunstancias: Seguro Vida Tranquilidad, Seguro Vida Orfandad y Seguro Vida Siempre. Verás que las primas son muy competitivas