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La llegada de internet, aplicaciones móviles, redes sociales y nuevas tecnologías han provocado que nuestros datos personales estén más expuestos que nunca. Nombres, apellidos, números de teléfono, datos bancarios, gustos personales y un sinfín de información que las empresas obtienen de nosotros.

Por este motivo, los datos se han convertido en un tema prioritario para las personas. Su relevancia, lo que se puede lograr con ellos, han hecho que sea importante realizar un buen uso de la información personal.

El seguro es un sector que emplea los datos de manera intensiva. Su razón de ser, su capacidad de proteger a las personas, empresas e instituciones se basa precisamente en las leyes de los grandes números. Los sucesos pueden parecer fortuitos a quienes los padecen, pero mirados con perspectiva puede estimarse su frecuencia, su gravedad. En definitiva, su impacto. Y al hacer todo esto, se pueden asegurar. Esta es la llamada mutualización del riesgo. El seguro utiliza los datos para protegerte a ti, para proteger a todos.

En Mutualidad nos tomamos muy en serio la protección de los datos que atañen a nuestros asegurados, implementando medidas de ciberseguridad para hacer frente al creciente aumento ataques cibernéticos.

La importancia que otorga el seguro a la protección de los datos se ve también en los presupuestos de las entidades. Algo más de la mitad de las aseguradoras encuestadas por ICEA confirma que esta partida ha aumentado en más de un 10% el presupuesto en ciberseguridad respecto al año anterior. Entre tanto, los empleados que trabajan en ciberseguridad se han incrementado en un 63% respecto a hace dos años.

La regulación es clave frente a los ciberriesgos

La regulación es una palanca determinante a la hora de adoptar medidas de protección frente a los ciberriesgos. En Europa se ha aprobado el Reglamento de resiliencia de operativa digital, cuya misión es regular la seguridad de las redes y los sistemas de información que sustentan los procesos empresariales de las entidades financieras y su relación con los proveedores de servicios tecnológicos.

Esta nueva normativa viene a complementar otras medidas de resistencia financiera que se han ido introduciendo a raíz de la crisis de 2008. La legislación sobre protección de datos y ciberseguridad permite dar pasos adelante en la protección de los ciudadanos frente a los riesgos potenciales que lleva aparejada la digitalización del ámbito financiero.