Un 17 de julio de hace 150 años fallecía Lucio del Valle, un personaje de gran relevancia en el siglo XIX que, por su extensa y prolífica biografía, resumimos en este blog de Mutualidad Caminos, tomando como fuente el resumen de Fernando Sáenz Ridruejo disponible en la Real Academia de la Historia.
Lucio del Valle nació en Madrid el 2 de marzo de 1815. Hijo de padre comerciante, a la temprana edad de 16 años se convirtió en profesor de matemáticas, ingresando en 1832 en la Escuela de Arquitectura y en 1834 en la Escuela de Caminos tras la segunda reapertura de esta última.
Finalizados sus estudios en ambas ramas técnicas, fue recibido como arquitecto en la Real Academia de San Fernando en noviembre de 1840 y pocos días después fue destinado como ingeniero subalterno al distrito de Valencia.
En Valencia permaneció durante una década en la que su tarea principal fue la construcción del tramo llamado de las Cabrillas, en la carretera de Madrid a Valencia. Destaca de este trazado el tramo de las “Cuestas de Contreras” y muy particularmente, el puente sobre el río Cabriel, conocido como “cien pies”.
Tras esta década en Valencia, inicia una segunda etapa profesional que comprende los años 1851-1858, coincidente con el inicio y fin de las obras originales del Canal de Isabel II para abastecer de agua a la ciudad de Madrid, de las que fue subdirector primero y director después; siendo las infraestructuras más relevantes, además de la presa de El Pontón de la Oliva, los acueductos de La Sima, La Retuerta y Colmenarejo.
En esta misma etapa es también de gran relevancia su proyecto de reforma de la Puerta del Sol de Madrid, compartido con Juan Rivera y José Morer, como él, ingenieros al frente de las obras del Canal de Isabel II.
En una tercera etapa de su vida profesional, se implica en proyectos multidisciplinares y ahonda en su faceta académica. En cuanto a los proyectos, son muy reseñables los faros del delta del Ebro: La Baña, El Fangal y Buda; espectaculares estructuras, ya desaparecidas, que supusieron las señales marítimas más significativas del siglo XIX, con especial mención el de la isla de Buda.
En 1865, del Valle Arana es nombrado Director de la Escuela de Caminos, cargo que ostentó, con un breve paréntesis, hasta su muerte en 1874. Simultáneamente, fue Director de la Escuela de Arquitectura en los años 1868 y 1869.
En sus 59 años de vida, Lucio del Valle obtuvo numerosos reconocimientos por sus obras y estudios a los que hay que sumar el hecho de que buena parte de sus obras siguen en pie y funcionamiento a día de hoy.
Entre sus reconocimientos destacan:
- 1842 – Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica
- 1843 – Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos
- 1849 – Secretario de Su Majestad (Isabel II)
- 1858 – Gran Cruz de la Real Orden de Carlos III
- 1859 – Académico de número de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales
- 1872 – Gran Cruz de la Orden Civil de María Victoria
Por último, cabe citar un par de aspectos importantes.
Por un lado, su afición a la fotografía que le llevó a formar colecciones fotográficas de las obras públicas españolas que se exhibieron en las exposiciones universales. Igualmente, se guarda un excelente archivo fotográfico de las obras en las que se implicó, destacando especialmente las obras de las cuestas de Contreras y del Canal de Isabel II, por medio del fotógrafo Charles Clifford.
Por otro, se preocupó de divulgar conocimiento, no sólo a través de sus clases y dirección de Escuela, sino a través de la Revista de Obras Públicas, siendo uno de los autores de los textos del primer número de la misma, publicado en 1853.
Lucio del Valle fue un verdadero pionero cuya capacidad para innovar y su dedicación a la mejora de las infraestructuras del país han dejado marca en la historia de la ingeniería española. Su trabajo no solo mejoró la calidad de vida de sus contemporáneos, sino que también sentó las bases para futuros desarrollos en el campo de la ingeniería.
Fuente:
https://dbe.rah.es/biografias/20963/lucio-del-valle-y-arana