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El pasado sábado 4 de marzo, se celebró el Día Mundial de la Ingeniería para el Desarrollo Sostenible. Una fecha que estableció la UNESCO para reconocer la labor de los ingenieros. Pero es que, además, en el día de ayer, domingo 5 de marzo, celebramos el Día Mundial de la Eficiencia Energética. Dos días que hoy nos recuerdan la importancia que está adquiriendo la sostenibilidad, en todo su conjunto, para nuestra profesión.

Ambos días también son una oportunidad para poder alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en los países en desarrollo, con el fin de garantizar que todos tengan acceso a agua limpia, saneamiento, energía confiable y otras necesidades humanas básicas.

Hay que poner de relieve los logros de los ingenieros para nuestro mundo actual. La ingeniería y la tecnología son esenciales para la vida moderna, ya que afectan a las vidas cotidianas de todos los habitantes del planeta y son cruciales para el desarrollo sostenible.

Eficiencia energética

Según la Global Footprint Network, actualmente se calcula que necesitamos el equivalente a 1,6 planetas para alcanzar los recursos que utilizamos cada año. Para 2030 vamos a necesitar el equivalente a dos Tierras, lo que podría conducir a un daño significativo en la supervivencia de la raza humana.

Podemos satisfacer todas nuestras necesidades energéticas disminuyendo considerablemente la energía que consumimos, aumentando la eficiencia energética de nuestros edificios, electrodomésticos, vehículos y fábricas.

Los gobiernos que fomentan la inversión en eficiencia energética e implementan políticas de apoyo ahorran dinero a los ciudadanos, reducen la dependencia de las importaciones de energía y disminuyen la contaminación.

La eficiencia energética ha demostrado ser una estrategia rentable para construir economías sin necesariamente aumentar el consumo de energía. Por ejemplo, el estado de California comenzó a implementar medidas de eficiencia energética a mediados de la década de 1970. Incluyeron el código de construcción y los estándares de electrodomésticos con estrictos requisitos de eficiencia. Durante los años siguientes, el consumo de energía de California se mantuvo aproximadamente estable en términos per cápita. Sin embargo, el consumo nacional de los Estados Unidos se duplicó.