Volver de vacaciones no es plato de buen gusto, pero sabemos que hay que pasar el trago. A la complicada rutina laboral y familiar, se suma la revisión de nuestras cuentas, un abismo al que da un poco de miedo asomarse porque a lo ya gastado se suma lo que está por gastar. En Mutualidad Caminos queremos ayudarte a recuperar la estabilidad económica postvacacional para encarar con la mejor salud financiera posible la última parte del año.
Es necesario recuperar el control de nuestras cuentas de una manera ágil y rápida, precisamente porque septiembre suele ser un mes de muchos e ineludibles gastos. Pero, además, porque apenas quedan tres meses para el siguiente periodo de consumo ingente: la Navidad. Debemos asegurar que llegamos a ella con un buen colchón que nos permita afrontarla sin preocupaciones.
Balance del verano
Es el momento de ver todo lo que nos hemos gastado en las vacaciones, y comprobar si nos hemos pasado de la previsión realizada antes de irnos. Es importante saber en cuánto nos hemos desviado y recordarlo, especialmente para tenerlo en cuenta el próximo año.
Conviene preguntarse: ¿sobrepasamos el límite por descontrol?, ¿o fue por falta de previsión?
Esto de poco nos va a servir ahora, pero nos será de gran utilidad cuando preparemos las próximas vacaciones. Es un ejercicio que hay que hacer. El análisis de gasto siempre es la base de una buena salud financiera.
En ese balance no olvides ver el gasto de la tarjeta de crédito. Esto afectará a tu situación actual.
Mejor frenar en seco
Una vez hecha la revisión, vamos a lo que urge: sobrevivir a septiembre de la mejor manera y preparar el último trimestre del año.
Lo mejor que puedes hacer es frenar en seco el ritmo de gastos superfluos. Estamos hablando, sobre todo, de comidas y cenas fuera de casa.
Un truco que suele funcionar es hacer una última comida o cena de despedida con la conciencia -toda la familia- de que verdaderamente será la última y de que, a partir de ahí, recuperáis las comidas en casa: más saludables, más contenidas en cuanto a cantidad y más económicas. A quienes más cuesta concienciar de que se come en casa lo que haya preparado, y no hay una carta o un menú para elegir es a los niños. Por eso este ejercicio es más necesario si se tienen hijos. Hay que prepararlos con un poco de antelación para la nueva etapa de contención.
Programar el gasto de septiembre
Sabemos que septiembre es un mes de grandes gastos si se tienen hijos. En un post anterior ya hablamos de la conveniencia de preservar una partida para la vuelta al cole precisamente antes de irte de vacaciones. Y en este otro post te aconsejamos como programar y afrontar el gasto de la vuelta al cole de la manera más contenida posible.
Es importante que calcules cuánto te vas a gastar y si lo vas a pagar a débito o a crédito.
Limita o corta el endeudamiento
Puede que en vacaciones hayas tirado de tarjeta de crédito. Si es así, puede que la inercia te lleve a afrontar los gastos de septiembre de la misma manera. Intenta romper esa inercia cuanto antes porque, si no, sin darte cuenta, la arrastrarás hasta Navidad. Intenta endeudarte lo mínimo posible para empezar a sanear cuanto antes tus finanzas de cara a final de año.
Previsión de grandes gastos hasta Navidad
Es importante asomarse a la etapa final del año y tener en cuenta, desde septiembre los grandes gastos que puedes llegar a tener antes de diciembre:
¿Tienes que pagar la prima anual de algún seguro en octubre? ¿El IBI en noviembre? ¿El viaje para esquiar en diciembre? ¿Algún electrodoméstico nuevo por el Black Friday? ¿Un cumpleaños familiar? ¿Un aniversario?
Sobre todo, que seguros e impuestos no te pillen por sorpresa. Eso sí que lo puedes prever y cuantificar con exactitud. Intenta sumar todas esas cantidades previsibles y preserva ese dinero.
Austeridad. Gastar en sólo lo necesario
Dado que venimos de gastar mucho y que septiembre conlleva muchos gastos familiares, la mejor opción es concienciarse de la austeridad. Gasta sólo en lo necesario y pospón gastos más superfluos, o más relacionados con el ocio, para más adelante: por ejemplo, un fin de semana fuera, comer fuera los fines de semana…
La mejor manera de contener el gasto es, de verdad, creyéndote que vas a hacerlo y ser consecuente con ello. Llegarás a octubre con la satisfacción de haber retomado el tren de gasto habitual conforme a tus ingresos, listo para ahorrar y mejorar tu salud financiera antes de que llegue el siguiente periodo de grandes gastos o de que surja un gran gasto imprevisto.