El Puente de Oresund es una obra maestra de la ingeniería civil que conecta dos países y simboliza la integración europea. Este impresionante puente-túnel une la ciudad de Malmö en Suecia con la capital danesa, Copenhague, atravesando el estrecho de Oresund. Fue inaugurado en el año 2000 y ha facilitado el transporte y el comercio entre estos dos países escandinavos, permitiendo el paso de vehículos ferroviarios y de carretera.
El Puente de Oresund es una combinación única de un puente atirantado y un túnel submarino. Con una longitud total de 16 kilómetros, la estructura se compone de tres partes principales:
- El puente atirantado: esta sección es la más icónica del proyecto. Con una longitud de 7.8 kilómetros, incluye el tramo atirantado principal que se extiende 1.092 metros. Las torres del puente, de 204 metros de altura, sostienen los cables que mantienen el puente elevado sobre el mar. Esta parte del puente es un punto de referencia en el estrecho de Oresund.
- La isla artificial de Peberholm: conectando el puente y el túnel, se encuentra la isla artificial de Peberholm, de 4 kilómetros de longitud. Esta isla fue creada específicamente para este proyecto y sirve como un enlace vital entre las dos secciones de la estructura. Peberholm también actúa como una reserva natural, permitiendo el desarrollo de flora y fauna local.
- El Túnel Drogden: este túnel submarino de 3.5 kilómetros permite el paso seguro de vehículos y trenes bajo el agua.
La construcción del Puente de Oresund presentó complicaciones técnicas y logísticas. La más destacada fue construir una estructura que pudiera soportar las severas condiciones climáticas del Mar Báltico, incluyendo fuertes vientos y corrientes marinas. Para abordarlo, los ingenieros utilizaron materiales de alta resistencia y técnicas de construcción avanzadas.
Otro desafío importante fue minimizar el impacto ambiental de la construcción. La creación de la isla artificial de Peberholm se llevó a cabo utilizando materiales excavados durante la construcción del túnel, reduciendo así la necesidad de transporte de materiales adicionales y limitando la perturbación del ecosistema marino.
El Puente de Oresund ha tenido un impacto significativo en la región. Antes de la construcción del puente, el viaje entre Malmö y Copenhague requería un ferry o un desvío considerable a través de tierra. Con el puente, el tiempo de viaje se ha reducido drásticamente, fomentando la integración económica y cultural entre los dos países.
Además de los beneficios económicos, el puente también ha impulsado el turismo en la región, atrayendo a visitantes interesados en su impresionante diseño y su importancia histórica. La facilidad de acceso ha promovido el crecimiento de una región metropolitana transfronteriza, beneficiando a las economías locales de ambas ciudades.