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Este martes 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua, un evento que pone en valor la importancia de este recurso para el planeta y nos hace reflexionar sobre los grandes retos a los que se enfrenta este sector en los próximos años.

Cada año, la ONU establece un lema de conmemoración. Y en esta ocasión, ha apostado por ‘Acelerando el cambio’, con el fin de cumplir con las metas marcadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos dentro de la Agenda 2030.

España es uno de los países de Europa que se prevé que sufra un mayor estrés hídrico como consecuencia del cambio climático. A día de hoy, ya estamos viviendo sus efectos, y es que las precipitaciones son cada vez más irregulares, los periodos de sequía más intensos y cada año se baten récords de temperaturas medias.

No olvidemos que, además del estrés hídrico como consecuencia del cambio climático, se prevé que la demanda mundial de agua aumente en un 55 % para 2050.

La Estrategia Española de Economía Circular pretende impulsar un nuevo modelo de producción y consumo, en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible. Para conseguirlo, es necesario poner en valor la reutilización del agua. A día de hoy, España reutiliza algo más del 7% del agua regenerada. Se trata de agua que ha sido depurada y sometida a tratamientos específicos que permiten que pueda ser reutilizada para diferentes usos como la agricultura, el riego de zonas verdes, el baldeo de calles o la recarga de acuíferos.

La ingeniería civil juega un papel importante en este reto. El agua siempre ha sido un campo de actuación clásico dentro de nuestro ámbito a través de la ingeniería hidráulica. Sin ella no sería posible la existencia de las redes y las instalaciones de captación, almacenamiento y potabilización de agua, la construcción y la explotación de instalaciones de agua potable, aguas pluviales y aguas residuales, o la ejecución de obras relacionadas con el alcantarillado.