Tres de las cualidades más importantes de un buen inversor son el control de las emociones, la paciencia y el enfoque a largo plazo. Pero no son las únicas. Para diferenciar un inversor corriente de un buen inversor se deben tener una serie de características naturales propias y adquiridas que en Mutualidad Caminos te contamos a continuación.
Todos podemos ser buenos inversores: de nuestro tiempo, de nuestro dinero, en general, de nuestra vida. Conocer las cualidades que tienen los inversores profesionales te ayudará a obtener una visión completa para saber qué herramientas debes utilizar a la hora de invertir de forma personal.
Conocimiento de los mercados
En realidad, es la cualidad más importante. No sólo conocer el mercado y todos los productos sino entender cuál es su complejidad y los riesgos que suponen.
Todo buen inversor debe tener esa capacidad de comprensión hacia los mercados, saber analizar los factores que afectan al comportamiento de estos.
Compromiso
Aprender a invertir requiere mucha implicación y sobre todo, paciencia, por lo que ser perseverante es una virtud esencial para convertirse en un buen inversor. Y es que sin compromiso ninguna estrategia podría funcionar.
Habilidad para desarrollar estrategias
No todos los inversores son capaces de elaborar y desarrollar las estrategias más adecuadas para obtener los mejores rendimientos. Los buenos inversores marcan la diferencia porque tienen la habilidad de crear un plan de inversión equilibrando el factor de riesgo y los beneficios, desarrollando las mejores tácticas de inversión para conseguir la mayor rentabilidad.
Aprendizaje de los errores
Un buen inversor debe ser capaz de aprender de sus errores. Y no sólo vale el aprendizaje, también es importante aprender de ellos y aprovecharlos para sacar conclusiones positivas de ellos.
Evaluar siempre todas las inversiones, tanto sí tienen éxito como sí no, ayudan a mejorar y aumentar los rendimientos del inversor.
Estas cualidades del buen inversor también pueden servirte para invertir a modo personal. Si tienes unos conocimientos básicos financieros, eres comprometido, estratega y aprendes de tus errores, podrás ser un buen inversor y ponerlo en práctica en tu día a día.