Es duro volver a la vorágine del trabajo tras las vacaciones. Más aún cuando se tienen personas a cargo y hay que tener en cuenta los lastres de los demás para volver a poner el barco a velocidad de crucero. En Mutualidad Caminos vamos a repasar algunos consejos para retomar la rutina laboral de la mejor manera y recuperar el ritmo sin atropellos.
Si eres empleado…
- Vuelve un poco antes
Lo ideal es que vuelvas un par de días antes del 1 de septiembre para tener un aterrizaje tranquilo y con buena visibilidad. Ese par de días para acostumbrarte al nuevo horario, recuperar dinámicas, restablecer hábitos, borrar correos, , retomar posibles tareas que dejaste pendientes… Cuando lleguen los demás y haya que empezar ‘en serio’, tú ya tendrás el ritmo cogido.
- Un par de días ‘soft’
Si no has podido volver antes, date un par de días para ponerte a punto (siempre que tus superiores te lo permitan), pero no lo alargues más. El primero es para situarte en la nueva realidad; el segundo para recuperar la operatividad. Hay quien tendrá que hacer las dos cosas el mismo día.
- Reestructura horarios
Aunque te cueste, recupera tu habitual hora de cenar y acostarte desde el primer día. No arrastres los hábitos vacacionales que, sin darte cuenta, te llevan hasta la madrugada. A veces nos decimos “poco a poco”. Pero funciona mejor cortar de raíz y hacer por ponerte en ‘modo trabajo’ desde el minuto cero.
- Planifica antes
Es importante que planifiques tu nueva rutina desde unos días antes de volver a trabajar: horarios, compromisos, compras, deporte… Si te incorporas al trabajo como un autómata, te sentirás más atropellado por las obligaciones. Llegará octubre y todavía estarás intentando organizarte.
- Ejercicio en la rutina
Seguro que quieres recuperar tu estado de forma tras el relajo vacacional. Prográmate un tiempo para hacer deporte o actividad física desde el primer día. Si no, luego, con la nueva inercia te costará mucho más.
- Agenda tareas y objetivos
A veces ocurre que, aun habiendo regresado a la rutina laboral, uno está un poco distraído, como en una nube, y deja de atender tareas no urgentes o no impuestas. Uno pierde un poco la brújula de sí mismo. Marcarte objetivos y tareas diarias o semanales ayuda a recuperar la conciencia de uno mismo y la operatividad, no sólo la laboral, sino familiar. Anótalo todo en el calendario, hasta hacer la compra.
- Sé flexible
Tampoco conviene exigirse demasiado, que no somos máquinas. Si te pones muchos objetivos, puede que llegues a octubre frustrado y enfadado contigo mismo. Traza un plan de tareas u objetivos que puedas asumir y comparte la información con tu equipo y con tu familia para apoyarte en ellos y, a su vez, tener en cuenta sus propios planes y objetivos.
Si diriges un equipo…
Puede parecerte muy ‘buenista’ lo que te vamos a contar, pero si tienes en cuenta lo duro que es regresar de vacaciones y sacas a relucir tu ‘yo’ más empático, puede que llegues a mediados de septiembre con el equipo a pleno rendimiento. Por eso…
- Da flexibilidad para volver.
Puede que ya sea tarde para este consejo. Reincorporarse un miércoles o un jueves ayuda a los empleados a empezar con mejor ánimo. Está demostrado que, psicológicamente, de esta manera los empleados se sienten más motivados y productivos al ver el fin de semana tan cerca.
- Fomenta momentos de desconexión
Sabes la fatiga que produce pasar de 0 a 6 horas delante del ordenador de un día para otro. Promueve descansos, reuniones y conversaciones en los primeros días de trabajo.
- Planifica el trabajo dando un margen
La rigidez, sobre todo en los primeros días, desmotiva y quema; y eso no nos interesa.
- Facilita la conciliación
Para conseguir plantillas con una actitud positiva es imprescindible facilitar la conciliación de la vida laboral y personal. Si los miembros de tu equipo tienen familia, puede que les cueste ajustar la rutina antes de que empiece el colegio. No se trata de adaptar el trabajo a la familia, pero sí de ser comprensivos sólo unos días, por ejemplo, dando un margen de entrada y salida, o la posibilidad de teletrabajar si están capacitados para ello.
- Haz pública tu hoja de ruta.
Es súper importante que tus empleados comiencen la última etapa del año sabiendo cuáles son los objetivos prioritarios y los secundarios, así como los tiempos para conseguirlos. Dedica tiempo a hablar con tus empleados sobre ello para que se alineen cuanto antes con lo que tienes en mente. Les ayudará a ponerse las pilas antes si piensan en una hoja de ruta más que si piensan sólo en tareas.
- Haz seguimiento de cerca
Puede que a algunos de tus subordinados les cueste retomar objetivos y tareas, o no tengan las habilidades para ponerse operativos en los primeros días, que hagan pereza o tengan bloqueos para empezar con algo. Es importante que te noten pendiente sin llegar a agobiar. Observa en qué está cada uno, pregunta por el ritmo que llevan, si hay alguna tarea que se les atasque, si han olvidado algo… No se trata de perseguir o sacar de defectos, sino de poner apoyos donde veas que haga falta. A veces basta con una conversación en la que repasamos el estado de un proyecto para impulsar su avance.