Como es lógico en estas fechas, el frío se ha intensificado en la mayoría de España y muchas personas conviven con temperaturas por debajo de los 0 grados. Un frío extremo que puede desencadenar serios problemas de salud, ya que nuestro cuerpo se ve obligado a realizar un mayor esfuerzo para mantener la temperatura corporal normal.
Por eso, cada año, Cruz Roja desarrolla la campaña de información y sensibilización de hábitos saludables para reducir el impacto negativo de las bajas temperaturas en nuestro organismo.
¿A quién afecta más el frío?
El frío no afecta a todas las personas por igual, algunas son más vulnerables, por lo que debemos prestar especial atención sobre todo a las personas mayores, enfermas crónicas o que toman determinados medicamentos continuamente, personas con diversidad funcional, con bajo peso, niños pequeños, mujeres embarazadas y también a aquellos que registran adicción al alcohol u otras sustancias depresoras del sistema nervioso.
¿Qué efectos inmediatos puede tener el frío?
Ante el frío nuestro organismo sufre pequeñas contracciones involuntarias de sus músculos (tiritona), para conservar el calor corporal. Si además de frío experimentamos humedad o viento, ingerimos cantidades insuficientes de alimentos y bebidas, se realizan esfuerzos intensos, etc., nuestro organismo tiene que hacer mayores esfuerzos para adaptarse y mantener la temperatura normal.
La consecuencia más grave de la exposición al frío es la hipotermia, cuyos síntomas más frecuentes son la disminución considerable de la temperatura corporal, el temblor, la descoordinación y torpeza, dificultad de concentración y alteración de la memoria, dolor en músculos o articulaciones, rigidez y calambres y congelaciones locales.
Consejos por si te encuentras mal a causa del frío
- Mantén la actividad que estés realizando e intenta resguardarte mientras pides ayuda médica.
- Mantén tu cuerpo caliente e hidratado: Bebe líquidos calientes y azucarados en abundancia, incluyendo agua, siempre que no exista contraindicación médica.
- Mantén una alimentación variada, con alto contenido en grasas y azúcares que aporten para combatir el frío (legumbres, sopa, etc.), eligiendo frutas, verduras y hortalizas de temporada.
- Evita el consumo de bebidas alcohólicas, puesto que aumentan la pérdida de calor corporal
Y para prevenirlo…
- Protege las zonas del cuerpo más sensibles al frío intenso: mejillas, nariz, orejas, cabeza, manos y pies.
- Centraliza las actividades en el exterior durante las horas en las que se registren las temperaturas más elevadas.
- Mantén el calor en el hogar: cierra puertas, ventanas, cortinas…, evitando que las corrientes de aire o agua entren y permanece en las estancias más calientes de la casa (provistas de radiador, calefacción, etc.).