Coges las vacaciones con tantas ganas que lo último que quieres es que te pongan límites, pero sabes que las vacaciones sientan mejor si les imprimes unos hábitos saludables. En Mutualidad Caminos nos preocupamos por tu bienestar y queremos darte algunos consejos para que las vacaciones sean verdaderamente reponedoras y vuelvas al trabajo en perfecto estado de forma.
Una cosa es darse algunos caprichos y otra muy distinta, abandonarse. Comer, beber y estar tumbado a discreción te llevará a coger dos o tres kilos que luego te costará perder. Dependiendo de tu edad y de tu estado de salud, puede que tampoco te interese entrar en un dinámica de excesos. Descansar, por supuesto; darse caprichos, también. Pero si lo haces dentro de una rutina estructurada y saludable, contribuirás a que el pequeño exceso de un día -una comilona, una fiesta…- no se convierta en costumbre y luego te pase factura.
Aquí te damos 5 consejos para construir esa rutina saludable.
Ejercicio por la mañana
Trata de levantarte pronto y de hacer una actividad deportiva por la mañana, antes de que apriete el calor: correr, nadar, montar en bici, jugar al tenis, al padel… o simplemente salir a caminar. No pasa nada si un día no lo haces, pero si te lo fijas como rutina, lo harás muchos días y te sentirás mucho más enérgico y alegre.
Evita el exceso por sistema.
Haz comidas ligeras y nutritivas. Intenta introducir la fruta en el desayuno ahora que no tienes prisa por las mañanas, o trata de tomarla a media mañana.
Seguro que harás buenas comilonas con amigos o familiares, pero trata de que sean puntuales. Y si te pegas una comilona, luego aligera la cena.
Evita comidas y cenas copiosas a diario, e intenta que siempre tengan verduras o ensaladas. Cuidado, también, con los postres contundentes por sistema. Por ejemplo, si vas a comer helados casi cada día, procura que sean de buena calidad.
Si haces una cena contundente, oblígate después a dar un buen paseo para bajarla.
Cuidado con el alcohol
Vigila el consumo de alcohol a diario, sobre todo si tienes problemas coronarios o de sobrepeso. Y si te pasas un día, puntualmente, evita coger el coche. Beber mucha agua ayudará a tu organismo a recuperarse.
El calor pide beber cerveza y el chiringuito te la pone a pie de playa. Pero sabes que, tras un par de semanas, el cerveceo se notará en tu tripa. Y si ya tienes problemas de sobrepeso, el consumo reiterado de cervezas te pasará factura.
Vigila el sol
No nos damos cuenta del daño que nos hace la exposición prolongada al sol. Cada año se diagnostican más de 70.000 casos de cáncer de piel y cada verano los médicos nos recuerdan que debemos evitar la exposición del sol en las horas centrales del día, cuando más daño hace.
Protege tu piel con buenas cremas solares, de factor alto, y renueva su uso varias veces si pasas todo el día al sol. En las excursiones o en los días de playa, no te olvides de llevar sombrero o gorra, y haz caso a los médicos: salvo ocasiones puntuales, evita el sol en las horas centrales del día.
Contacto con la naturaleza.
Sobre todo si vives en una ciudad el resto del año, debes aprovechar las vacaciones para vivir más conectado con la naturaleza, ya sea en la montaña, en un bosque, en el mar, en la llanura castellana… Está demostrado que ayuda a rebajar los niveles de estrés y mejora la salud mental.
Desconecta del móvil
Éste es uno de los excesos que llevamos puestos de serie el resto del año. Así que conviene que las vacaciones sirvan, precisamente, para equilibrarse un poco en ese sentido. Si uno de los objetivos de las vacaciones es bajar los niveles de estrés, el uso del móvil tiene que bajar sí o sí. Por otro lado, el descanso será verdadero descanso sin el móvil en la mano. Puede costarte los primeros días, pero te sentirás mejor al final de tus vacaciones.
Trata de desengancharte de él e incluso déjalo en casa, salvo si sales de viaje, de excursión por la montaña, o esperas la llamada de alguien. Y si vas a tumbarte a descansar (en la playa, en el jardín o en casa), no te lo lleves contigo si quieres que ese tiempo sea un descanso de calidad.
A veces relacionamos el descanso con pasar horas mirando el móvil, pero ni nuestra vista, ni nuestro cerebro, ni nuestro cuello descansan.
Dale al móvil una funcionalidad concreta e intenta respetarla; por ejemplo, sólo para llamadas y hacer fotos. Y establece un tiempo a diario para consultar y contestar mensajes. Por ejemplo, a media mañana o a media tarde. Si lo haces por la noche, corres el riesgo de que quedes horas con el móvil.
Evita dejarlo sobre la mesa donde comes y cenas, sobre todo si compartes ese tiempo con otras personas.
A veces, bloquear las notificaciones ayuda a eliminar la ansiedad de mirar y mirar. Hay quien se desinstala las aplicaciones de redes sociales incluso.
Probablemente este sea el hábito que más te cueste introducir, pero va a ser, a buen seguro, el que más valor va a aportar a tus vacaciones porque es el que más a marcar la diferencia entre esos días de descanso y los del resto del año.
Fija tus propias normas para construir ese nuevo hábito. Lo mejor que te puede pasar es que luego, al regresar a trabajar, las incorpores al día a día o a los fines de semana.
Así que, ya sabes, aprovecha las vacaciones para eliminar tensiones e introducir cambios significativos que te van ayudar a estar mejor, también cuando llegue septiembre.