Skip to main content

Carlos María de Castro González nació el 24 de septiembre de 1810 en Estepa, Sevilla, y falleció el 2 de noviembre de 1893 en Madrid. Ingeniero de caminos, arquitecto y urbanista, De Castro es reconocido como uno de los principales artífices del ensanche de Madrid, una transformación urbana que marcó el desarrollo de la capital española en el siglo XIX. 

Desde joven, De Castro se trasladó a Madrid para estudiar en la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando. Su carrera profesional comenzó alrededor de 1830, cuando empezó a trabajar en la secretaría de la Dirección General de Caminos y Canales bajo la dirección de José Agustín de Larramendi. En septiembre de 1833, obtuvo su título de arquitecto. 

En 1835, fue nombrado ayudante del cuerpo de ingenieros de caminos, participando en importantes proyectos como la reorganización de los canales Imperial de Aragón y Tauste. Durante su tiempo en la secretaría, también se encargó de la conservación de la carretera “la Mala de Burgos”, entre Madrid y Aranda de Duero.  

Entre 1841 y 1842, De Castro construyó el puente del Arroyo Viñuelas y trabajó en el canal del Manzanares. Su labor le llevó a estudiar la navegabilidad del río Tajo y a establecer torres telegráficas en Valencia y Andalucía. Más tarde, se unió a la empresa del ferrocarril de Aranjuez, donde tuvo que afrontar la paralización de obras, lo que le llevó a regresar al servicio del Estado. 

Su regreso al servicio público le permitió asumir importantes proyectos, como la elaboración de la Carta itineraria de España y la dirección del Depósito de planos del Ministerio de Fomento. En 1855, Carlos María de Castro fue nombrado jefe de Obras Públicas de Madrid, y dos años después recibió la tarea de diseñar el Ensanche de Madrid. Su propuesta inicial para la expansión urbana fue aprobada en 1858, y en 1859 presentó un proyecto que triplicaba la superficie del casco urbano, abarcando casi 1.500 hectáreas. 

Durante los años siguientes, De Castro continuó trabajando en la ordenación de la ciudad, llevando a cabo proyectos complementarios en áreas como el Príncipe Pío. Su visión y liderazgo en la planificación urbana transformaron Madrid, organizando los servicios de obras municipales siguiendo el modelo de los de París.

El 1 de enero de 1872, Carlos María de Castro fue nombrado presidente de la Junta Consultiva de Caminos, Canales y Puertos, cargo que ocupó hasta su jubilación el 11 de marzo de 1881. Su legado perdura en la estructura moderna de Madrid, donde su obra y su enfoque innovador en el urbanismo sentaron las bases para el desarrollo de la ciudad que conocemos hoy.