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“No hay que buscar un resultado, hay que buscar un proceso, un aprendizaje” insistió una y otra vez Almudena Quereda ayer en la sede del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en la madrileña calle de Almagro.

El ambiente previo a la sesión desprendía un aroma especial, algo único en el exitoso ciclo “Cómo mejorar el control de tus emociones; más allá de los números” que Mutualidad Caminos organiza en su segunda edición. Se respiraba un olor a tarde de éxito, de sentimientos a flor de piel, de enseñanzas que recorren el alma antes de dormir. Por primera vez venía una amiga y compañera a enriquecer el ciclo de la Mutualidad, una gallega de 38 años con una sonrisa contagiosa que se obliga a hacer pausas en su discurso, porque es pura energía.

Pasados cinco minutos de la hora prevista, cuando las manecillas del reloj marcaban veinte minutos cumplidas las siete, hizo entrada en el auditorio Agustín de Betancourt la ingeniera Almudena Quereda. Acompañada por la bienvenida del Presidente del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, don Miguel Ángel Carrillo, del consejero delegado de Banco Caminos don Enrique Serra y del presidente de Mutualidad Caminos don José Manuel Cantarero, los asistentes recibieron a esta gallega con un fortísimo y sentido aplauso.

La ingeniera hizo un repaso de su vida, inicialmente similar a la de los muchos asistentes que ejercen la profesión, con el matiz de que su espíritu aventurero le llevó a trabajar en Tel Aviv, Brasil, Los Ángeles, y las nacionales Barcelona, Madrid y Coruña.

En 2019 todo cambió en su vida y para siempre. Un gravísimo accidente le hizo despertar en un hospital con un politraumatismo severo con unas consecuencias físicas dramáticas. Tuvieron que acabar amputándole parte de su pierna derecha, un brazo que también casi pierde y multitud de otros traumatismos que le hicieron pasar muchas y duras temporadas en el hospital, con entradas y salidas al quirófano que pusieron a prueba la fortaleza de su carácter.

Nada más lejos de lo que muchos supusieron, esta ingeniera peleó sin tregua por que dice “de todo se puede salir” y aunque asegura “he tenido muchos golpes de realidad, de mucho esfuerzo y mucha rehabilitación”, pero apunta la coruñesa, “quiero ayudar a la gente que tiene problemas, enviarles con mi testimonio un mensaje de ilusión, de ánimo y, ojalá, sea inspiración para alguien que esté sufriendo”, asegura mientras se señala la prótesis de su pierna derecha.

Almudena encontró un nuevo motivo para pelear en la natación, pero no como un pasatiempo, sino como una profesión, una forma de vivir. Poco a poco ha ido ganando pruebas “en carreras de gente con y sin discapacidad y pronto vi que ganaba”. Su sueño es llegar a los Juegos Paralímpicos y entrena duro a diario para ello, porque como ella dice “en la Escuela de Caminos nos enseñaron a nunca tirar la toalla y entreno unas cinco horas diarias de lunes a sábado”.

Almudena no sólo es una gran nadadora, sino que es toda una influencer que ha participado ya en dos anuncios, uno del famoso Iphone14 con Apple Fitness y otro de la marca de bañadores Arena, además de sus cientos de seguidores en sus redes sociales. Nuestra compañera, asegura, que tiene muchos más proyectos que, ojalá, vayan viendo la luz poco a poco.

La gallega, -que nunca de deja de sonreír-,  asegura “estar viviendo un sueño ahora”, después de unos años muy duros pero que se queda con un sentido agradecimiento “a mucha, mucha gente que me ha ayudado en todo este proceso”. La coruñesa acabó insistiendo en un mensaje para todos los asistentes que, en más de 200, presencial y en remoto, disfrutaron y rieron con su ponencia “no hay que buscar un resultado, hay que buscar un proceso, un camino, las medallas luego, llegan o no llegan, pero hay que centrarse en intentarlo y nunca tirar la toalla”.

Una ponencia auténtica con la que se ganó una atronadora ovación cuando, pasados 60 minutos de su presentación, agradeció a todos su tiempo y amabilidad. Todo un ejemplo.